Devocional Feb 16: Viviendo en el Espíritu
Hace tiempo leí que estamos viviendo en la época de lo instantáneo y es este fenómeno que nos hace sentir que el tiempo pasa más rápido.
Comida rápida, pre cocida, servicios de comunicación que te “llevan” a conectarte con gente de todo el mundo, etc.
Ahora bien, es cierto que estos elementos hacen más fácil nuestra vida, pero en el fondo hacen que nos volvamos mas impacientes y que dejemos de ser esforzados para conseguir algo. Los que tenemos unos añitos demás sabemos que sin disciplina y esfuerzo no se logran resultados.
Bueno hago este preámbulo para compartir el versículo del día: Mateo 11:28-29 Jesús dijo, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí...”
Una de las enseñanzas de este pasaje es que no debemos intentar caminar con Jesús hasta que nuestra alma se encuentre en reposo, esto quiere decir que entendamos lo que Jesús hizo por nosotros, solo cuando entendemos la obra de Cristo es que su yugo es fácil y ligero, lo contrario es solo luchar en la carne para agradar a Dios.
Sin embargo donde quiero fijar mi atención es en las palabras: “aprended de mí”, Jesús está hablando aquí de la disciplina que debemos tener sobre aprender quién Él es y lo que Él consiguió en la cruz. Jesús nos está diciendo, “Tú debes tener conocimiento de lo que yo he hecho por ti. De esta manera tu alma entrará en reposo, podrás tomar mi yugo y, posteriormente, ¡aprenderás de mí!”
Como decía al inicio de este devocional nosotros no queremos este tipo de disciplina, usualmente nosotros preferimos el camino fácil.
Tal vez tu dices: “Yo estoy leyendo mi Biblia y orando un poco todos los días. ¡Estoy esforzándome por mejorar!” Todo esto está bien, pero te aseguro que lo que estas haciendo no te sustentará en la tormenta venidera. No es suficiente el intentar esforzadamente, el hacerle promesas a Dios, y el querer hacer las cosas de una mejor manera. Ni tampoco es suficiente decir: “Soy más diligente ahora que antes.” No, ¡todo se basa en la revelación de lo que Jesús hizo por ti en la cruz!”
Algo debe clamar dentro de todos nosotros y decir: “Jesús, tu Palabra dice que yo puedo vivir en total reposo, paz y seguridad. Yo no tengo que luchar en mi carne o ser dominado por culpa y temor. Tú has puesto delante de mí la promesa de una vida en descanso pero no cuento con él. ¡Oh, Señor, yo anhelo con todo mi ser tu reposo! Enséñame a través de tu Espíritu yo quiero aprender de ti.”
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