Dicipulado 21, Filipenses 2:9-16. Aferrado a su palabra
Como consecuencia de su humildad y obediencia, Dios exaltó a Cristo (v.9-11). Jesús ascendió al cielo y hoy lo vemos coronado de gloria y honra. Nadie podrá ser comparado nunca con la grandeza de Cristo, aun así se cumple la promesa hecha por Jesús a sus discípulos y se aplica a nosotros hoy: El que se humilla será exaltado. El respeto y la reverencia debían ser la actitud correcta hacia la autoridad de Cristo.
Pablo los exhorta a vivir de tal modo que aquellos que no conocían a Cristo fueran atraídos por su ejemplo. El ser irreprensible y sin mancha es evidencia de una vida cristiana constante (v.15) ¿Cómo lograra esto? Aferrado con la fuerza a la palabra de Dios (v.16). ¿Estás viviendo de tal modo que atraes a aquellos sin Cristo a la luz del evangelio?.
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