Bendecidos para bendecir
Salmo 1:3 Es como el árbol plantado a la orilla de un río
que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo
cuanto hace prospera!
Últimamente se escucha mucho sobre la prosperidad, pareciera
que muchos cristianos relacionamos prosperidad a dinero, bienestar económico y
salud pero no es esto a lo que se refiere el versículo de hoy.
Seguramente si analizas tu vida y eres un cristiano que ha tratado de vivir una vida
agradando a Dios veras que no necesariamente esta ha sido acompañada de mucho dinero por lo menos no paso conmigo.
Entonces ¿Qué es la prosperidad? Ser prosperado no es tener
en grande abundancia de dinero sino tener provisión constante o continua en
todas las áreas de la vida. No solamente en tu cuenta bancaria. Si tu vida
mejora, tu cualidad espiritual se mantiene en constante crecimiento, tus
relaciones familiares, de amistad y de iglesia están en evolución continua, tu
cualidad mental o profesional en permanente desarrollo, tu esfuerzo laboral en
continua evolución, es posible que tengas algunos días difíciles. Pero tu vida
es próspera.
Dios es un Dios próspero y generoso. Quiere que tu vida sea
satisfactoria y plena. No te promete un camino de rosas, te promete su compañía
y fidelidad a lo largo de toda tu vida. Te promete su cuidado y ocupación
permanente. Te promete escucharte y responderte.
Finalmente quiero compartir un artículo que resalta algunos
elementos por los cuales agradecer a Dios pues en él somos prosperos:
Se llama Armando Fuentes Aguirre y usa el seudónimo
"Catán", es un periodista mexicano brillante y vale la pena leer su
nota. En una de sus conferencias se expresó así:
Me propongo demandar a la revista "Fortune" pues
me hizo víctima de una omisión inexplicable. Resulta que publicó la lista de
los hombres más ricos del planeta y en esta lista no aparezco yo. Aparecen, el
sultán de Brunei y también los herederos de Sam Walton y Takichiro Mori.
Figuran ahí también, personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, Stavros
Niarkos, y los mexicanos Carlos Slim y Emilio Azcárraga. Sin embargo a mí, no me
menciona la revista.
Y yo soy un hombre rico, inmensamente rico, y si no, vean
ustedes: Tengo vida, que recibí no sé por qué y salud que conservo no sé cómo.
Tengo hermanos que son como mis amigos y amigos que son como mis hermanos.
Tengo gente que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos y a la que yo amo
con sinceridad a pesar de mis defectos. Tengo cuatro lectores a los que cada
día les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal. Tengo una casa y en
ella muchos libros. Poseo un pedacito del mundo en la forma de un huerto que
cada año me da manzanas que habrán acortado aún más la presencia de Adán y Eva
en el Paraíso.
Tengo un perro que no se va a dormir hasta que llego y que
me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra. Tengo ojos que
ven y oídos que oyen; pies que caminan y manos que acarician; cerebro que
piensa cosas que a otros ya se les habían ocurrido, pero que a mí no se me
habían ocurrido nunca. Soy dueño de la común herencia de los hombres, alegrías
para disfrutarlas y penas para hermanarme a los que sufren. Y tengo fe en Dios
que guarda para mí infinito amor. ¿Puede haber mayores riquezas que las mías?
¿Por qué entonces, no me puso en la revista
"Fortune" en la lista de los hombres más ricos del planeta?... Y
terminó su conferencia diciendo: ¿Y tú cómo te consideras? ¿Rico o pobre? Hay
gente pobre, pero tan pobre, que lo único que tiene es…dinero”.
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